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CONCIERTO: FRANCESCA ANCAROLA
17/06/2017 - 21:30 - 23:00
Francesca Ancarola: voz y guitarra
Simón Schriever: guitarra
Compositora e intérprete chilena. Su trabajo musical combina la riqueza del folclor sudamericano con los colores y estructuras propias del jazz. Víctor Jara, Violeta Parra, Milton Nascimento, Chabuca Granda, Silvio Rodríguez y Chico Buarque son algunos de los creadores que han influenciado su música. Premio ALTAZOR Jazz‐Alternativa en 2001 por “PASAJE DE IDA Y VUELTA” y posteriormente en 2006 por “LONQUÉN‐Tributo a Víctor Jara” y siendo una de las cantantes de mayor reconocimiento en su país.
En noviembre del 2015 lanza “ESPEJO DE LOS SUEÑOS” su primer libro‐compilado de partituras y canciones compuestas entre 1996 y 2005 inaugurando la Sala Antar del MUSEO VIOLETA PARRA.
“Es una de las cantautoras chilenas más respetadas, completas y talentosas”.
Estará acompañada por Simón Schriever, compositor y guitarrista formado en la orquesta familia de Itivere Zwarg en Río de Janeiro (bajista durante 20 años de Hermeto Pascoal).
Fundador de Verde Violeta, grupo de investigación musical basada en la obra de Violeta Parra desde la mirada de la música popular brasilera.
Hace un mes ha lanzado su primer disco a dúo junto a Marta Contreras (corista de George Moustaki) actualmente residente en Chile.
El concepto de su música lleva tres grandes vertientes. Música popular brasileña, canción chilena y jazz
FRANCESCA ANCAROLA
Si bien Francesca Ancarola comenzó su carrera en los años ’80 (con un premio como intérprete en un festival organizado por la revista La Bicicleta y el Café del Cerro, dos ejes del Canto Nuevo), su nombre es parte de la generación que renovó ese estilo a fines de la década siguiente, reconocible bajo el concepto de “novísima canción chilena”. Las coordenadas que agrupan a esta generación son básicamente tres: raíz folclórica, textos poéticos de crítica social, y música que desde la academia universitaria inician una transformación de lo tradicional a lo contemporáneo.
Francesca Ancarola representa a cabalidad esta búsqueda estilística, considerando su extensa formación no sólo como Licenciada en Música de la Universidad de Chile, sino también como alumna de numerosas escuelas tanto chilenas como extranjeras (obtuvo en 1991 un premio en Francia por su obra electroacústica “A”, que luego apareció antologada en el disco retrospectivo de 2006 llamado 50 años de música electroacústica en Chile (1956-2006)). Después de licenciarse con honores en Música, siguió estudiando composición con Cirilo Vila; y, más tarde, canto lírico en la Universidad Católica, con la profesora Soledad Díaz. Luego, Ancarola se perfeccionó en la Manhattan School of Music, gracias a una beca Fulbrigth en 1997.
La novísima canción
En ese año Ancarola viajó a Chile para grabar su primer disco como solista de música popular, compuesto por ella en conjunto con los guitarristas Juan Antonio Sánchez y Antonio Restucci. El álbum se llamó Que el canto tiene sentido en tributo al “Manifiesto” de Víctor Jara, uno de sus inspiradores. Este trabajo, que fue editado recién en 1999, marcaría también el comienzo de una carrera más vinculada al mundo popular.
Francesca Ancarola aprovechó con su debut un ambiente mucho más favorable hacia la música local que despuntaba en esos días en el país. El camino hacia su segundo disco como cantautora, en consecuencia, fue más expedito, a pesar de que la buena crítica no estuvo acompañada por ventas importantes. Su siguiente trabajo, Pasaje de ida y vuelta (2000), le permitió recorrer los escenarios santiaguinos para dar a conocer su música, mientras mantenía en paralelo sus vínculos con el canto lírico y terminaba sus estudios en Nueva York.
El nombre de esta compositora fue creciendo en importancia local y llegó a sonar en algunas radios. Pero su estilo, como el de sus contemporáneos Laura Fuentes (n. 1964), Magdalena Matthey (n. 1971), Alexis Venegas (n. 1972) o Elizabeth Morris (n. 1972), entre otros, se encontró casi siempre con la falta de interés de las radios y los medios masivos. Así, esta suerte de movimiento se ha mantenido circunscrito a un círculo pequeño de fieles que ha tenido que recurrir a los conciertos en vivo como punto de encuentro y desarrollo.
Jardines humanos (2002), el siguiente disco de Francesca Ancarola, siguió su curso promocional en ambientes locales y extranjeros y completó esa primera trilogía de grabaciones que determinó la estética en torno a la fusión latinoamericana. El trabajo de la compositora y cantante le permitió ganar el respeto y respaldo suficiente como para mantener su carrera vigente en festivales y encuentros de música popular en Chile y otros países. De hecho, su siguiente álbum, Sons of the same sun (2003), fue editado por el sello californiano Petroglyph Records e incluyó versiones de ese repertorio cantado en inglés.
Canto en expansión
Tras preparar una colección temática de canciones a pedido (de las cuales editó la serie de boleros Contigo aprendí, 2004), Ancarola siguió con un trabajo de estudio sobre la música de Víctor Jara en su etapa londinense que llegó al disco con el nombre de Lonquén (2006), a partir de una composición de Ancarola titulada “Lonquén”. Ahí, la cantante y autora reemplazó en sus bandas a los músicos de fusión por un trío de respaldo proveniente del jazz y encabezado por el guitarrista Federico Dannemann, y que le imprimió a su nueva música autoral elementos depositarios del rock.
En colaboración con este músico y con el Ensamble Quintessence, en 2007 Ancarola encabezó un concierto de cámara en el Teatro Matucana 100 dedicado a los 90 años del natalicio de Violeta Parra. En 2008 volvió a trabajar con el pianista argentino de jazz latinoamericano Carlos Aguirre (un antiguo colaborador en la primera serie de sus trabajos personales) y editó en dueto de voz y piano el disco de canciones infantiles de distintas culturas, titulado Arrullos.
Su regreso a la creación propia se consolidó en 2012, con el aplaudido disco Templanza, para el que Ancarola recuperó canciones que había escrito en un período de diez años, como “Desnudas del alba”, “Corazón mendigo” o “Amanda dibuja el día”. Ahí también volvió a combinar autorías de músicos cercanos como Antonio Restucci, el argentino Carlos Aguirre y uruguayo Hugo Fattoruso, además de la brasileña Léa Freire, quien compuso la música para “Templanza”, y su colaborador fundamental en el inicio de la década, el guitarrista Simón Schriever.
Luego, Ancarola amplió su proyecto al editar un libro de partituras con canciones suyas escritas en el período 1996-2005, que se acompañó del disco homónimo Espejo de los sueños (2015), cuyo estreno quedará en la historia como el primer concierto realizado en el Museo Violeta Parra.
SIMÓN SCHRIEVER
En un puerto de guitarras, la de Simón Schriever ha sido una guitarra múltiple. En Valparaíso, donde ha piloteado su carrera como músico, acompañante, solista y compositor, su enfoque ha sido diverso y su sonido pendulante entre la guitarra clásica en la que se inició a sus apariciones como guitarrista de cantantes, sus adelantados arreglos para el ensamble Verdevioleta y sus propias creaciones que aparecen en el disco El espacio entre las olas (2015).
Alumno de guitarra clásica de Marcelo Villar en el Conservatorio de la U. Católica de Valparaíso, a los doce años Simón Schriever llegó a tocar como invitado en un concierto de Inti-Illimani en el Teatro Municipal de Valparaíso. Allí conoció aspectos de la guitarra folclórica desde el ángulo de la fusión. Una vez finalizada su etapa escolar, y dado su interés por la música popular brasileña, Schriever viajó a Río de Janeiro para estudiar armonía y arreglos. Allí también se integró al taller de Iteberê Zwarg, bajista por veinte años de Hermeto Pascoal, y allí conoció también a la multivientista brasileña Aline Gonçalves, con quien elaboraría de vuelta en Valparaíso un proyecto de observación de la música de Violeta Parra desde el jazz y la música contemporánea: Verdevioleta.
Simón Schriever ha tocado bossa nova, tango, vals y canción francesa como guitarrista en el puerto. Ha sido músico de Pedro Villagra, en el disco Otredad (2004) y más estrechamente de Francesca Ancarola, con quien tocó a lo largo de gran parte de la década de los 2010 y grabó el disco Templanza (2012). Además, ha acompañado a una serie de cantantes en Valparaíso, entre ellas la cancionista Marta Contreras, con quien grabó a dúo el disco Primero (2017).
https://www.youtube.com/watch?v=qiyQaQrAZ5s
https://www.youtube.com/watch?v=wnhy0KHxzIY
Hora: 21:30h
Entrada: 5€